Los audífonos digitales ofrecen una mejor calidad de sonido y claridad y han reemplazado en gran medida a los audífonos analógicos. Tienen un pequeño chip dentro del cual se procesan sonidos y esto permite personalizarlos de forma muy precisa para adaptarlo a su pérdida auditiva.

Muchos audífonos digitales se pueden programar con diferentes configuraciones para diferentes entornos de sonido; por ejemplo, un programa para una sala de estar tranquila y otro para un restaurante ruidoso.